15 d’abril del 2011

HISTORIAS QUE NO SON DE AMOR


ESTELA Y LA CASA ABANDONADA
Daniel Méndez Dávalos
1r ESO

Estela es una niña que vive en Sant Adrià del Besòs, tiene el pelo negro y los ojos también. Tiene trece años va al  instituto y tiene muchas amigas, pero sus mejores amigas son: Laia, Sandra y Esther. Un día ella iba al instituto cuando vio una casa abandonada, entró para investigar, pero cuando se oyó un ruido se asustó y se fue corriendo. Se lo comentó a sus amigas y no le creyeron, pensaron que estaba loca. Entonces Ana les propuso que fueran el viernes y las amigas aceptaron. 

Cuando llegó el viernes por la noche  las cuatro amigas entraron en la casa. Al principio no se oía nada y le dijeron que estaba loca. No había nada. En ese momento se oyeron unas voces y las cuatro empezaron a gritar. La puerta se cerró. Las niñas huyeron corriendo por las escaleras. Una de las amigas, Laia, se quedó enganchada con un clavo de las escaleras; las otras niñas no se dieron cuenta de que Laia estaba atascada. Mientras esta se quedaba atascada, un fantasma le arrancaba la cabeza con una puerta.
Sandra, Esther y Estela se refugiaron en el baño.Allí las luces se apagaban y se encendían, cuando un fantasma apareció en el espejo roto y con un cuchillo mató a Esther. 
Ya solo quedaban vivas Sandra y Estela que salieron del baño y se fueron al desván. Las dos se quedaron unos minutos quietas hasta que Sandra decidió tirarse por la ventana para poder huir de la casa. Sandra murió al lanzarse, porque en el suelo del jardín había un cuchillo que se clavó en la cabeza.
Estela pudo huir de la casa, pero cuando se lo contó a la gente no se lo creían. Pensaron que estaba loca; así que la mandaron a un psiquiátrico y allí murió.



KYLE NEW CASTLE
Eric Marín Cueliee
1r ESO


Había un niño llamado Kyle que nunca se encontraba mal. Un día, de repente, empezó a dolerle muchísimo la cabeza y después le dolió también la barriga. Al empezarle a doler tanto, fue al médico y le dijeron que no era nada. Estuvo tres meses con dolor de cabeza y de barriga hasta que entró en el sótano de su casa para buscar la llave inglesa que le había pedido su padre, al cogerla se le pasó el dolor.
Al abrir la puerta para entrar a su casa de nuevo, vio que estaba todo negro y pensó que se habría apagado la luz, al entrar, vio que le aparecía una ropa negra puiesta en el cuerpo y que la llave inglesa se hacía gigante, con un filo afilado y unos pinchos muy puntiagudos al final.  Después de fijarse en su nueva vestimenta, se dio cuenta de que estaba cayendo en picado. Al cabo de diez segundos, cayó sobre una tienda de campaña y vio un cartel.

-¡Espera!-gritó Kyle-¡Esos son mis apellidos!
Siguió la dirección de la flecha hasta llegar a la ciudad llamada New Castle.
Era una ciudad muy grande y oscura. Todo estaba muy solo y silencioso, a Kyle esa situación le dio una sensación extraña que le causó un gran escalofrio.
Kyle estaba perdido, no sabía cómo había llegafo hasta allí ni por qué. Se encontraba sólo en un lugar que no conocía y aparentemente no había nadie.  Empezaba a sentirse cansado y tenía frio. No sabía qué hacer ni a donde ir. 
De repente notó cómo algo se movía, se asustó y empezó a correr. Se sentía perseguido pero al volverse sin pararse no vio nada, aunque eso no le hizo detenerse. Continuó calle abajo y giró por una calle, que le era familiar aunque  no entendía por qué. 

Siguió corriendo hasta que vio una puerta entreabierta, que casi se le pasa de largo, entró por ella derrapando y cerrándola de un golpe casi sin haber acabado de entrar. 
Vio a un tabernero, que le dijo que le había estado buscando, le estaba avisando con el dolor de barriga y de cabeza porque necesitaba que le dejase la llave inglesa para arreglar su cohete espacial. 
De repente, vio entrar a dos hombres vestidos de negro. Llevaban pistolas y apuntaban a su cabeza y la del tabernero, entonces dijeron: 
-¡Queremos todo el dinero!
Kyle se asustó y se cayó al suelo. Se dio un golpe en la cabeza que le dejó inconsciente y, cuando le volvió el conocimiento estaba en la cama de un hospital. Al intentar levantarse, se dio un golpe con la máquina del suero y se durmió. 

Al despertarse, estaba en el sótano y ya no le dolía nada. Subio las escaleras lentamente y con  mucha prudencia, esta vez estaba en casa. Había luz y su padre le estaba llamando, necesitaba la llave inglesaí. Todo había sido una terrible pesadilla.

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